martes, 10 de mayo de 2011

En estas horas solemnes del día, cuando ya no entra luz por mi ventana, no puedo evitar que vengan a mi cabeza esos versos de Biedma que rezan: “aunque sea un instante, deseamos descansar. Soñamos con dejarnos. No sé, en cualquier lugar con tal de que la vida deponga sus espinas”. ¿Quién podría decrilo mejor?
Creo que me han abandonado las musas y acudo a los maestros, nuestros maestros, porque tengo fe en ellos, porque me niego a aceptar que esta vocación no sea más que un “desolador deseo de esconderse”, porque sé que leer es el arma más letal.
Sigo buscando un reino milenario, un edén, un otro mundo. Cortázar me diría que tengo complejo de la Arcadia, que retorno al útero, back to Adam, le von saubage... pero entiendo su reproche porque, sin saberlo, él ha hablado de ti antes que yo, él me ha descubierto el Cíclope escondido entre tus juegos, él me ha hablado de la Maga, esa Maga que hoy eres tú, mi testigo y mi espía sin saberlo.
A estas horas el tiempo se evapora y solo queda la esencia, aletheia, transporte directo a ese Universo que es quizá el único mundo real. Lugar de despreocupaciones y ensueño. Y es que, cuando ya no sabes si la vida es sueño, si el Arte ha sido Nuevo alguna vez o si todo nace en Egipto, cuando ya no sabes si es mejor el hombre o el atún, o si este segundo baila Sobre la felicidad, cuando sólo quieres que hayan gaceles i felins, cuando ves que kiwi es mucho más que una fruta y cuando ves que tu vida es un eterno laberinto capicua... entonces... entonces... el sueño te envuelve maravillosamente alejándote de tanto vértigo. Los músculos se relajan. Imaginas la curva de Málaga donde la inercia de tu cuerpo es subir sin esfuerzo, y piensas: yo también quiero follarme a las mentes.
Y antes de verme envuelta en la oscuridad de la noche, ese manto perdurable en la eternidad de los tiempos, hoy te recuerdo que cuando dos cuerpos se abrazan, se hace la carne herejía, y que cuando dos cuerpos se duermen, se hace la carne... vigía.

mayo de 2011.

sábado, 15 de enero de 2011

Leer es rebelarse

La mitad de los españoles no llee: ahí sí que hay dos orillas, dos Españas, sobre todo si pensamos que la mitad de los que leen no entiende. En mis intervenciones en institutos y colegios intento transmitir, no sé si con éxito, la idea de que la lectura constituye uno de los pocos modos que van quedando de rebeldía eficaz frente a un mundo cada vez más mortificado. Se acabaron las revoluciones, las tomas de palacio; no hay más cera que la que arde. Eso no quiere decir que no haya que modificar la realidad (a nadie le gusta), pero hay que cambiarla a base de ponerla en cuestión de tal modo que ni ella misma se pueda contemplar en el espejo sin avergonzarse.
     Y eso se hace con palabras, con libros, no a guantazos. La mayoría de la gente que desprecia la lectura se asombraría de saber hasta qué punto el dominio de la palabra otorga un poder que no cabría atribuir a una herramienta tan humilde. De hecho, hoy, más que nunca, estamos gobernados por palabras. Desaparecidas, o en estado de gravedad extrema, las ideologías, los políticos nos gobiernan a base de jergas. Si al PP le ha costado tanto alcanzar el poder, es porque, pese a los esfuerzos de Aznar, su gente ha leído poco y carece de jerga. Leer es poder. Con la lectura uno es capaz de cambiar totalmente su existencia y, en consecuencia, la de quienes le rodean. Eso es modificar la realidad.
    Hay en el mercado de la rebeldía multitud de productos que no hacen sino afianzar el sistema establecido, que necesita ser transgredido para certificar su existencia. La lectura no está entre esos productos porque es verdaderamente peligrosa. El que lee pone en cuestión al hacerlo todo el montaje en torno al cual chapoteamos. Es cierto que lo hace de forma silenciosa, pero ese silencio es más ruidoso que el de mil borrachos asaltando una comisaría después de que su equipo haya perdido la Liga. Por eso, quizá, las humanidades, en general, están cada vez menos presentes en los programas escolares, porque quienes mandan saben que lees es la forma de rebelión más eficaz en los tiempos que corren.

Juan José Millás

martes, 7 de septiembre de 2010

A veces en la vida parece que todo vaya unido, lo que algunos suelen llamar destino. Hace poco leí que solo el que espera puede encontrar lo inesperado... Pero para poder apreciarlo hay que dejar espacio, hay que vivirlo des de uno mismo, aunque nunca nos hayamos acostumbrado a nuestro cuerpo y no reconozcamos en las fotos esa expresión que creíamos tan nuestra y que no és más que una vana idea interna de nosotros mismos.

Debemos saborear la novedad aunque no sea más que una variación de la rutina y poco a poco nos iremos llenando de todo ello... de los momentos en que el sofá es todo para ti, de los cafés cafeinados, de los encuentros en el metro, del olor del bebé, de que te canten, y cantar juntos (desafinando), de conducir, de las sonrisas tontas y del despertar sudados después de la siesta...


...de los pies destrozados tras una noche bailando... (tras cada dia caminando) ~*

martes, 17 de agosto de 2010

Hi havia una vegada...;

Potser els records,
potser aquesta 
debilitat que tinc pel cel,
potser la sensació de tenir els núvols a l’abast de la mà…
realment no sé que va ser, però és aquí on tot va esdevenir.
Cadascú veu coses diferents de la mateixa foto (si no és que hi ha milers de fotos on cadascú creu identificar el mateix) però el que és universalment cert, és que cal el silenci perquè la música sigui possible....